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Cumbre Mundial sobre Cambio Climático en Copenhage

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El encuentro será en Dinamarca del 7 al 18 de diciembre. Durante los meses previos se están desarrollando conversaciones y presentación de propuestas entre países y regiones.

Luego de que en la reunión del G20 en Pittsburg, el 24 y 25 de septiembre pasado, se lograra un escaso progreso en el financiamiento de la lucha contra el cambio climático, el futuro primer ministro de Japón, Yukio Hatoyama, se comprometió a que su país reduzca, para 2020, 25% de las emisiones de gases con efecto invernadero respecto a los niveles de 1990, y levantó la apuesta.

A ella se suma Francia, que para cumplir con los objetivos de reducción de CO2 fijados por Kioto, ha decidido seguir el modelo escandinavo poniendo precio a sus emisiones, incluidas las de sus ciudadanos. El Gobierno ultima un nuevo impuesto verde sobre el consumo energético de origen fósil que entrará en vigor en 2010 y que, según el Ejecutivo, será compensado por un mecanismo de redistribución fiscal todavía por determinar. El presidente Nicolas Sarkozy anunciará finalmente esta semana sus modalidades de aplicación, empezando por el precio fijado por cada tonelada de C02, y deberá convencer a los escépticos de la eficacia de la tasa carbono.

En Londres, los ministros de Energía y Exteriores, los hermanos Ed y David Miliband, respectivamente, advirtieron de la importancia de alcanzar un acuerdo sustancial en ese encuentro, en el que participarán los 184 países signatarios del Protocolo de Kioto.

Según los hermanos Miliband, Gran Bretaña, que ha reducido en un 21 por ciento sus emisiones respecto a los niveles preindustriales de 1990, ostenta una posición líder en el mundo con su legislación interna y la inversión prevista en tecnologías verdes como métodos de captura del carbono y fuentes de energía renovables.

Ed Miliband destacó la importancia de que los países se pongan de acuerdo en limitar el calentamiento del planeta a sólo dos grados de aquí al 2050, en coherencia con los estudios científicos que alertan de los riesgos de superar ese umbral.

Mientras tanto Perú hace números sobre el costo económico del cambio climático. Sobre un estudio encargado por el Banco Central de Reserva de ese país, la experta en temas económicos Paola Vargas estima un impacto total de seis a siete veces el PBI del 2008 para el período que va desde este año al 2050; y otra dada a conocer por el Ministerio de Economía y Finanzas con una estimación de 4,4% del PBI al 2025.

La fluctuación en la cifra es originada por los diferentes escenarios que la experta estima. El escenario más duro indica que la temperatura subirá hasta en 2 oC y las precipitaciones se incrementarán en un 20% al 2050.

En líneas generales, el estudio determina que la pérdida promedio anual de aquí al 2050 varía entre 7,3% y 8,6% del PBI de cada año. Sobre las principales causas, Vargas identifica la desaparición de fuentes de agua (los glaciares se están derritiendo), y las mayores frecuencia e intensidad del fenómeno de El Niño, entre otros.

El viceministro de Hacienda, José Arista, completa El Comercio, difundió que la economía peruana perdería hacia el 2025 la cifra de US$10 mil millones, lo que equivale al 4,4% del PBI. También mencionó que en los países en desarrollo se necesitará, solo para la mitigación de los efectos del cambio climático, un monto superior a los US$100 mil millones entre los años 2010 y 2020.

Ambas cifras del costo económico aún resultan muy disímiles. Sin embargo, el Ministerio del Ambiente informó que para fines de año se tendría una cifra oficial, que será difundida en la Cumbre de Cambio Climático, en Copenhague. En esta cita mundial, la meta es fijar el mecanismo financiero para cubrir los millonarios presupuestos que requerirán los países en desarrollo frente al reto ambiental.

Gran parte de la comunidad científica mundial prevee grandes catástrofes en los próximos años y creen que el cambio climático es irreversible, con signos evidentes como el derretimiento de los glaciares. (click para leer más info)

Mientras tanto, en Argentina, el Poder Ejecutivo vetó la Ley aprobada por el Congreso Nacional, cuya implementación hubiese evitado la destrucción de los glaciares por la actividad minera. Por Internet se lanzó una cadena de firmas para presentar al Congreso Nacional. Clikee aquí para firmar.

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