Cuyen es una empresa familiar productora de frutas orgánicas certificadas y elaboradora de confituras y frutas en almíbar. En su chacra de la Patagonia, Cuyen cultiva una variedad de frutas finas que -por su frescura, gusto, valores nutricionales y apariencia- son inigualables y han sido premiadas año tras año en la Feria Nacional de la Fruta Fina.

Sonia maneja las relaciones comerciales a pura simpatía. Es abogada y ha trabajado en varios proyectos empresariales antes de ser seducida por el campo. Su base es en Ciudad de Buenos Aires.

Claudia está al frente de la chacra. ¡Todos los días desde que canta el gallo! Es Licenciada en Tecnología de Alimentos. Su base es en El Hoyo, Chubut.

Su chacra está ubicada en El Hoyo, Chubut, “la Capital Nacional de la Fruta Fina”. Esta localidad patagónica, situada a orillas del río Epuyén, está rodeada por los cerros Pirque y Currumahuida.

El Hoyo pertenece a la llamada Comarca Andina del Paralelo 42, ubicada en el sudoeste de la República Argentina. Es la región de los grandes Parques Nacionales Patagónicos como el Nahuel Huapi, el Lago Puelo y Los Alerces, conformados por gran cantidad de lagos y ríos de deshielo que completan un espectacular escenario.

Enclavado entre pequeños valles, el Hoyo está a 200 metros sobre el nivel del mar y posee abundante vegetación autóctona (arrayán, maitén, radal, ciprés, lenga, para citar algunos ejemplares).

El contraste entre días cortos y muy fríos en invierno, con largos y soleados días en verano brindan a las frutas su sabor, tamaño y color característicos.
Es cierta la imagen internacional de la Patagonia, como una zona casi virgen. Esa es la razón que explica que contemos con productos diferenciados con calidad difícil de igualar.

La ubicación geográfica, el microclima de la región, su régimen pluvial, la fertilidad del suelo y tierras vírgenes en el uso de agroquímicos, otorga ventajas comparativas únicas.

Además, Cuyen se vale de otros elementos para que los productos elaborados alcancen la calidad gourmet en la que se basa su prestigio: no se emplea ningún aditivo químico, la fruta es sana y de primera calidad, el agua empleada es de vertientes de deshielo y se implementa control de calidad total. Todo esto con el toque mágico del cucharón de madera que no altera las cualidades naturales de la fruta, siguiendo recetas tradicionales, cocinando en cacerolas abiertas y a fuego lento…

¡De ahí a su desayuno, merienda, o cualquier momento de la vida que quiera endulzar!

Fuente: www.cuyen.com.ar